Hubo un silencio desolador en la sala durante unos instantes, luego, el Caballero Oscuro repentinamente comenzó a adoptar una forma extraña forma... . Un esqueleto empuñaba ahora la espada Lhin De'Mer... .
El Umbrío ordenó que volvieran a encerrar al draenei, mientras todos observaban atónitos el cambio de forma que había sufrido tal ser.
Una vez encerrado de nuevo, algo se apoderó del draenei, algo que ningún mortal soportaría ver, en la que le hizo una oferta al Umbrío bajo el cuerpo del draenei:
- Entrégame al humano… A Léohast... Y desvelaré el lugar donde se encuentra dicho objeto divino... . - Afirmó el ser que poseía al draenei.
- Matadlo... . - Añadió el Umbrío mientras le ordenaba a Elower y al resto de los guardias que cargaran contra aquel ser... .
- ¡No! ¡NÉCIO! ¡Lamentarás haber rechazado mi oferta! . - Exclamó dicho draenei.
Una vez dada la orden, el cuerpo del draenei desapareció ante el asombro de todos, mientras que el Umbrío, quedó extrañado ante lo que acababa de ver:
-Abre la celda... Nos llevamos al paladín... Debe hablar cueste lo que cueste... . - Dijo el Caballero Oscuro mientras le daba a Elower un pequeño mapa indicando un lugar en especial.
- ¿Debo llevarle ahí? . - Preguntó Elower.
- Si... Cabalga sin mirar hacia atrás... Evita los caminos... Véndale los ojos de nuevo y súbele a tu caballo... Yo te esperaré ahí... Sellaré de nuevo la torre hasta que vuelva... . - Dijo el Caballero Oscuro.
- Bien, llegaré lo antes posible. - Dice Elower mientras saca de la celda al paladín.
- No lograrán salvarlo... Con vida... . - Murmura el Caballero Oscuro mientras lanza una malévola y cruel carcajada... .
Instante después de la marcha del Umbrío y sus acólitos junto al paladín, una figura comenzó a aparecer de nuevo en el interior de la celda, era él, de nuevo el draenei había aparecido…. . El resto de los brujos que quedaron en la torre no lograban entender con claridad lo que estaba sucediendo.
En ese momento un explosión hizo destrozar la puerta de la torre brutalmente, dejando aparecer entre el humo a varias siluetas extrañas, se trataba del elfo de sangre Caledor y de los suyos. Los brujos se armaron rápidamente para expulsarlos, pero fue en vano, el tauren llamado Tauronidas, acabó con los brujos con facilidad, solo quedaba en la torre el viejo brujo Xylem, el que desapareció inmediatamente envuelto en una rabia inmensa.
Sucedido esto, el grupo de Caledor se dirigió hacia la celda, haciendo trizas sus barrotes con un potente hechizo del siniestro Daerloth, hecho esto, le quitaron las cadenas que apresaban al draenei, dejando ver el cuerpo demacrado por la tortura que había sufrido tal draenei. Cargaron con el mientras le sacaban de la torre maldita.
Un hechizo de Daerloth, teletransportó de nuevo al grupo hacia el bosque, olvidando por completo lo sucedido en tal torre, pero sin duda, no lograron encontrar al paladín ni al líder de tal barbarie.