Años después, aquí sigo.
Os sigo recordando a todos, y sigo siendo consciente de que este mensaje no lo veréis nunca jamás, pero me haría ilusión entrar de nuevo, otros diez años después, y ver que habéis contestado. Sobretodo tú, Ivana, porque siempre te consideré una verdadera amiga, y me duele que un día, sin avisar, desaparecieras. No lo digo con acritud, si no con el sentimiento de preocupación de una persona a la que le importabas, y le importas.
Y sólo espero, navegante de triste figura, que no busques el sentido a los lamentos de un hombre loco, en medio de un mar asesinado eras atrás, mas contemples su gloria pasada y su belleza marchita, con respeto.
Irleck Syrmir, El Gélido.