Oblitus Umbra
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La sede del nuevo legado maligno
 
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 Transmutando la duda

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Everil

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MensajeTema: Transmutando la duda   Transmutando la duda Icon_minitimeMiér Mayo 19, 2010 11:10 am

Everil sonríe, entretenida por las luchas de gladiadores en Umbrael. Como no es muy habladora, silenciosamente se encamina a un lugar apartado, cerca de los precipicios que lindan con el Vacío Abisal. Le gusta bastante ese lugar, hay silencio y eso le ayuda a pensar con claridad. Había mucho en qué pensar.

¿Y ahora qué hago? Ha bastado un simple contrato para formar parte de un imperio oscuro, habitado por todo tipo de seres con una fuerza abominable, cuyo líder me hiela la sangre cada vez que le contemplo. ¿Dónde me he metido? ¿Era esto lo que quería?

No me considero una infractora de la Luz, y menos una malhechora. No robo, asesino, corrompo. Me pregunto si estoy haciendo lo correcto.
Atrás queda ya mi hogar y mi familia, he renunciado a mi vida de paz por algo a lo que no sé si puedo llamar vida.

Tengo miedo. Mucho.

Me gustaría volver con mi hermana, y enfrentarme de nuevo a sus regañinas. Volver a ver al viejo, que supongo que seguirá intentando hacer que las ardillas hablen.
Cuando miro a mi espalda, veo ojos azules gélidos observando. Cuando miro al frente, hombres enfundados en oscuras armaduras. Cuando miro arriba, veo un cielo en ruinas, fragmentado en retazos de sueños huecos... huecos como él.

¿Tan grande es mi ambición? ¿Tan importante es para mi? Esta gente cuenta conmigo para ayudarles a levantar un imperio desde el olvido, y no parece que quieran romper su parte del trato que me ata a ellos...

Sombra verdadera, infalible y certera que les guías; si existes, dame la respuesta a mis preguntas.
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Everil

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MensajeTema: Re: Transmutando la duda   Transmutando la duda Icon_minitimeVie Mayo 21, 2010 10:09 am

Everil camina por los lúgubres pasillos subterráneos del mesón Cordero degollado portando un crisol para una próxima investigación alquímica. Está concentrada en su trabajo, meditando los posibles productos de la próxima mezcla que realizará. No está muy convencida de la aplicación del Musgo de tumba a una disolución de sangre de abominación con un pulverizado de...

Un escalofrío recorre Everil de cabeza a pies. Ante ella, en la pared, hay una sombra profunda; extraña, pues la habitación está iluminada con velas. Observó su toga ondularse en dirección a la sombra, como si estuviera siendo aspirada, al igual que su apagado cabello. Al sentirlo, Everil tomó la escalera hacia la superficie, abandonado el lugar rápidamente.

¿Qué narices fué eso? ¿Magia? *Everil se hallaba apoyada contra la pared de la sala en la que guardaba sus viales, jadeando* Era... terrorífico. ¿Pero qué fué? ¡No tengo ni idea! Esto va de mal en peor, en serio. Debo salir de aquí cuanto antes.


No, no puedo abandonar ahora. No renunciaré a mi objetivo por una simple sombra en la pared. Me ha costado llegar a donde estoy... me está costando llegar a donde estoy, y hasta ahora no me he rendido.
Céntrate, Eve. Céntrate.


Everil respira hondo, tranquilizándose. Mira fíjamente el crisol, que aún tenía en sus manos.

Céntrate.
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MensajeTema: Re: Transmutando la duda   Transmutando la duda Icon_minitimeJue Mayo 27, 2010 9:17 am

Everil se hallaba en Barrio de mercaderes de Ventormenta. Tenía que comprar más viales y componentes para sus ingenios. Había mucho barullo, tanto que tenía que alzar un poco la voz para negociar los precios con vendedores.
Al terminar sus compras suspiró aliviada y se encaminó al Cordero degollado, para transportar los materiales que quedaban hasta el nuevo laboratorio en Páramos de poniente.

Al llegar a la puerta del Cordero se alarmó. Observaba que grupo de personas le estaba siguiendo desde lejos. Everil se encaminó guardando un ritmo normal al subsuelo de la taberna, recogió lo que tenía que recoger y aguardó a que se fueran. Lo que no esperaba fué escuchar sus pasos y s tintinear de la armadura dirigiéndose al sótano.

Everil corrió escaleras abajo, más abajo todavía y dejó sus enseres en una esquina en la más profunda habitación. Apagó las velas que le fueron posibles apagar y aguardó.

Y ahora... ¿qué hago?- Pensaba mientras escuchaba pasos rítmicos caminar sobre el suelo de piedra- ¿Me estarán buscando a mi? No puede ser, apenas he intervenido en acciones de ese Imperio, no me he dado a conocer... Sí. Seguro que lo saben. Maldigo el día en el que firmé aquel contrato, ¡nunca debí haberlo hecho! ¡Condenación!

*Cling*

El sonido de un cristal cayendo al suelo resonó por toda la estancia. Se había caído un vial del grupo de utensilios que tenía acumulados...

*Clinglinglin...*


... y se había puesto a rodar por la habitación.

- Eh, ¿qué ha sido eso?- se escuchó una voz masculina.
- No lo sé, vayamos a investigar- dijo una segunda voz.

¡Oh no! ¿Dónde está? *comenzó a seguir el sonido del vial para recogerlo y que dejara de revelar su posición* ¡Ahhh, maldición! ¿Dónde... eh?

Everil comenzó a sentir una brisa en dirección al frente, una succión familiar. El sonido del vial se apagó, había sido engullido por las sombras. Sombras que fueron reveladas cuando la luz de una antorcha hizo aparición en la habitación.

- Mira, ahí está.- Dijo un hombre con armadura que empuñaba la antorcha.
- Vaya, vaya. Creo que la hemos cazado, ¿eh?- Dijo el otro personaje- Eres... ¿Everil Sereida? Justamente estábamos buscándote, ¿sabe... ¡Ugh!

Everil le dió una patada baja al acorazado hombre que fué lanzado contra una pared.

-Será... ¿Qué?

El brazo derecho del hombre habia sido engullido por una sombra en la pared, y le siguieron la pierna derecha y el resto del cuerpo. Sin dejar rastro, el hombre desapareció en una profunda oscuridad.

- ¡¿Qué narices fué eso?!

Así que has vuelto, ¿eh? *Pensó Everil, sudorosa* De acuerdo pues...

Everil rebuscó entre el montículo de untensilios y sacó un frasco de un líquido opaco, aceite, que lanzó a la antorcha del hombre que se encontraba perplejo por la situación. El aceite hizo que la llamarada prendiera con más fuerza e incendió el brazo que la sujetaba. El hombre gritaba de terror y odio y se abalanzó sobre ella...

... pero unas manos oscuras surgieron de la sombra y aprisionaron al hombre antes de que el fuego rozara a Everil.

- ¡¡Bruja!!

Las manos sombrías extinguieron la antorcha y arrastraron al hombre hacia la insondable oscuridad.
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Everil

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MensajeTema: Re: Transmutando la duda   Transmutando la duda Icon_minitimeVie Mayo 28, 2010 4:01 pm

Everil no sabía qué hacer. La sombra del otro día había vuelto a hacer aparición y se había tragado a dos hombres, y al segundo lo devoró desde lejos.

No sé qué hacer ahora. Siento que mi vida pende de un hilo, podría ser yo la siguiente victima y en tal caso no tengo salvación posible. Es... terrorífio. No quiero estár aquí. ¿Qué habrá sido de esos hombres?

- Hola.

¿Eh? ¿Habrá más gente fuera? Pediré ayu... no, ¡no puedo! Si me reconocen como militante del imperio estoy perdida. ¿Qué debo hacer?

- Hola. Gracias por el regalo, te lo agradezco mucho.

Suena como... la voz de un niño...

- ¿Qu-Qué regalo?- Dijo Everil con voz temblorosa.

- Las almas. Te lo agradezco mucho.

No puede ser. ¿Es la sombra?

- ¿Qué puedo hacer para compensarte?

- ¿Quién eres?- Preguntó Everil, cada vez menos asustada y más intrigada.

- No tengo nombre. Soy. ¿Qué puedo hacer para compensarte? ¿Buscabas la inmortalidad, no es así, Everil?

- ¿Cómo conoces mi nombre?

- ¿Buscabas la inmortalidad, no es así, Everil?- Repitió el ente de las sombras.

- Sí...

- Everil, ¿me ayudarías a salir de aquí? Podré darte lo que deseas.

Es muy directo y habla como un niño pequeño... pero algo me dice que...

- ¿Qué quieres que haga?

- Acércate a mi.

Everil se levantó y se encamino hacia las sombras.

- ¿Qué quieres ahora?- Preguntó intrigada.

- Tu corazón.

Dos manos sombrías hincaron sus dedos en el pecho de Everil y tiraron en direcciones opuestas, abriéndola en canal.

Everil gritó un dolor escuchado por nadie que resonó hueco por las cámaras del subsuelo del Cordero degollado.
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